El hoy es malo, pero el mañana es mío
Año: 2017
Editorial: Espassa
Lo que se cuenta en esta novela es una historia de amor y guerra que deriva en los modos de sobrevivencia que debe adoptar Vidal Lamarca, el protagonista, para atravesar los años turbios de la dictadura. Acabada la guerra, Vidal Lamarca, un joven anarquista utópico, sufrirá una drástica metamorfosis muy parecida a la del animal que se mimetiza con su entorno para no ser depredado y, de ese modo, adaptándose al medio corrupto de la posguerra, evolucionará desde su condición de vencido a la de un asimilado por los vencedores. Pero no saldrá impune. Porque nadie sale indemne si se convierte en el reverso de lo que era para escapar de la muerte, ni es gratuito cambiar de piel hasta caer en el servilismo y en la delación para sobrevivir. No se puede, sin sufrir daño, hacer de la impostura un sistema y convertir tu vida una pura representación. Protegido por un poderoso empresario, con mano en el Régimen y en el mercado negro, Vidal saldrá de la cárcel Modelo para establecerse en casa de su protector e iniciar una historia de pérdidas y de enajenación. Solo la conciencia, la vieja conciencia, le avisa de que un día fue otro que se reconocía a sí mismo, otro que tuvo voluntad y estuvo realmente vivo: creyó en la igualdad de las personas y amó a una adolescente como solo se puede amar a la plenitud de lo perdido. La conciencia le trae, como algo enquistado en el tiempo, ese amor de adolescencia de cuya pérdida se siente culpable, pero también una culpa mayor: el hecho de haber delatado con fines espurios al caricaturista Carlos Pérez Carrera, Bluff, un dibujante muy conocido durante los años de guerra por sus feroces caricaturas de Franco o Queipo de Llano en las portadas de la revista valenciana La Traca. En los años sesenta, Vidal irá dejando su vida de “topo” al aire libre de la mano del poder redentor de la pintura. Recuperará su antigua maestría para el dibujo, conocerá al pintor Rafael Zabaleta, con el que iniciará una amistad liberadora, y comenzará, como quien toma una purga, a dibujar su vida en una novela gráfica. Pero será una fascinante mujer casada, Rosa Teba, la que un día le traerá de golpe lo que había perdido: la gozosa explosión del sexo y de los afectos. Y un amor, adúltero y convulso, que desbaratará su presente. La novela está narrada por un chico, apasionado aprendiz de pintor y alumno de Vidal, que va contando sus propias inseguridades de un adolescente irremediablemente desorientado en los anémicos años sesenta. Convergiendo con esta historia de aprendizaje, el narrador relata la historia de Vidal Lamarca basándose en su relación con él y, sobre todo, en la novela gráfica donde su maestro ha dibujado su autobiografía. Esta convivencia entre el texto narrativo y las viñetas de un cómic será la que acabe ensanchando la novela hasta completarla.